La
Policía Bonaerense reprimió a 250 familias que vivían en el Barrio Las Cavas en
Rafael Calzada, partido de Almirante Brown. Los vecinos y vecinas fueron
agredidos con balas de goma, gases y topadoras del Municipio.
Fotos: gentileza FOL
Desde
enero de 2016 las familias residían en un predio que, según informaron en un
comunicado, era un basural. Por lo tanto, existían dos necesidades conjuntas:
la tierra y dejar de vivir entre los residuos. Sin embargo, el lunes 6 de junio
recibieron la notificación de que, si no se retiraban en las siguientes 24
horas, las iban a desalojar.
Además
la policía utilizó la Casa del Niño, un lugar donde se realizan actividades y
funciona un merendero para los/as chicos
del barrio, como centro de operaciones, es decir que no se pudieron llevar a
cabo las tareas que cumplía este espacio y permaneció cerrado para la
comunidad.
El
Municipio de Almirante Brown propone hacer un censo una vez finalizado el
desalojo. Pero los/as vecinos/as de Las Cavas solicitan subsidios para alquilar
terrenos no contaminados, un lugar donde vivir y materiales para construir y
resolver la problemática habitacional.
Constituye una violación de derechos humanos que la
Municipalidad impulse un desalojo de sus tierras sin brindar una solución
habitacional a las familias desalojadas. Esto es lesión grave al derecho a la
vivienda y a la salud de las familias. Los censos y el relevamiento poblacional
se deben hacer con anticipación al desalojo al igual que la elaboración de
alternativas habitacionales consensuadas con la población. La práctica de
desalojos en la Provincia de Buenos Aires desatendiéndose del destino de las
familias desalojadas sin implementar políticas que garanticen el derecho a la
vivienda es cotidiana y alarmante.
Por
eso, desde HABITAR Argentina
repudiamos el violento desalojo en Almirante Brown. Observamos con estupor que,
en lo que va del año, se han producido numerosos operativos que con frecuencia
concentran violaciones a los derechos humanos. Exigimos una respuesta
habitacional justa para las familias y advertimos que, como lo planteamos en el
Consenso Nacional para un Hábitat Digno, los procedimientos de desalojos deben orientarse a garantizar la
participación de la comunidad, la seguridad de todas las personas y las
condiciones para la gestión política de los problemas de fondo presentes en el
conflicto.
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